Buscar en este blog

Números De Teléfonos de Emergencias

Mostrando entradas con la etiqueta Santiago Delgado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Santiago Delgado. Mostrar todas las entradas

domingo, 5 de julio de 2020

Injuriando la memoria de Cervantes


Santiago Delgado
        Bastardo. Han escrito bastardo en el pedestal de un monumento a Cervantes en la parte de Norteamérica que USA le robó a México, masacrando apaches y sioux, cosa que no había hecho España. Considerar el mérito en el estudio como clasista, y conceder las becas por situación económica genera ignorantes vandálicos. Esperable.
        Bastard, palabra inglesa, es posible que no signifique exactamente lo mismo que su homóloga española ‘bastardo’, pero, en todo caso, ambas deben coincidir bastante. En España se sustituyó por “hijoputa”, más popular y extendido. Cervantes no fue ni bastardo, ni hijoputa. Fue un benefactor de la Humanidad. Y no lo voy a explicar. Los abyectos bárbaros que pintaron su estatua no merecen salir de su ignorancia, sea ésa su condena. Aunque no la sientan como tal.
        Pero, me quiero referir aquí al desprecio machista que supone insultar a alguien con esa palabra: bastardo. Es pretender que el supuesto deshonor de la madre recae sobre el hijo. Y el deshonor de la madre consiste en que engendró fuera del matrimonio. Pretendiendo defender a la minoría subyugada de origen africano, repiten un insulto a la mujer, un vilipendio a la condición de madre, no sometida a las leyes del Patriarcado. Han hecho un pan como unas tortas. O, han desvestido a un santo para vestir a otro. Estulticia suprema sin lugar a la duda.
        Cervantes fue hidalgo, lo que quiere decir de buena cuna conocida y familia cristiana con ancestros en Galicia y cercanías, sin morerías, ni juderías ninguna. Y conste que en sus escritos honró a tales etnias. Sin embargo, el indudable bastardo Juan de Austria, nacido Jeromín, no fue rey de Túnez porque su hermanastro Felipe II no juzgó a un ilegítimo con derecho a fundar dinastía. Cervantes, hijo legítimo de cirujano ambulante por las Castillas todas de entonces, tampoco fue rey. Paradojas aparentes.
        El Hidalgo habrá sonreído ante la injuria. No ofende quien quiere, sino quien puede. Los del spray rojo no alcanzaban, ni el subsuelo de los borceguíes del excautivo de Árgel. Se toman venganza por la muerte de una persona cuyos antepasados fueron esclavos, injuriando a alguien que fue esclavo casi cinco años. Insultan a una mujer e insultan a un esclavo. Y lo ignoran. Y morirán ignorándolo. Necesitarían penar dos vidas para paliar el error. Digo el error, porque daño, tan sólo el coste del material de la fundición, han hecho. Se supone que el artista ya cobró cuando modeló y fundió su grupo escultórico.
        Pues eso, para reivindicar la libertad y la venganza ofenden e injurian a una mujer, la madre del hidalgo español, y a uno que fue esclavo, el propio Cervantes. Tope de subhumanidad. Vale.

sábado, 9 de mayo de 2020

El salvoconducto


        ¡Qué palabra, el salvoconducto! Era toda una clave de aventura en los tiempos de Salgari, Verne y Twain. Una peli en la que “el muchacho” llevaba un salvoconducto era valor seguro de calidad. En donde yo viví ese tiempo llamábamos “el muchacho” a lo que luego en los tiempos industriales y urbanos acabamos llamando el protagonista. Era palabra mágica, la de salvoconducto, que aureolaba al sujeto, que solía ir a caballo. Montar y llevar salvoconducto era el no va más de la zagalería en la que me integraba.
        El salvoconducto era una carta del rey, del gobernador o de cualquier otro baranda, que permitía a su portador seguir adelante sin ser obstaculizado. Era una carta sin destinatario fijo. O con destinatario diverso. Los lectores de la carta debían de acatarla, salvo si era un villano, al que, entonces, el muchacho vencía. Ser portador de salvoconducto era un ir diciendo: “Mira, yo llevo salvoconducto, y tú no, xódete”, aunque fuese más callado que un muerto. Era el escudo invisible que lo protegía. Era una palabra mágica. Esas vocales cerradas, iniciadas por la suavidad de una ese y terminada por esa bélica colusión implosiva de la velar y la dental. De fácil enunciación fundante y ardua coda fonética. Un ejercicio de dicción, en el idioma en que escribo.
        Una portadora de salvoconducto, no regio, sino imperial, fue la monja gallega Egeria, que allá en tiempos previsigodos, cogió el petate, se arrejuntó con tres o cuatro comadres, y con el papelico de su primo Trajano, o Teodosio –no me acuerdo bien–, se fue hasta misma Belén de Judea. Nadie osó detenerla desde el Finisterre hispano hasta Nazaret. ¡Y volvió! Aunque no se sabe si acabó su hazaña, tanto por el salvoconducto de su pariente el Emperador de Roma, o por el pánico de los centuriones de los limes a interrogar a una gallega. Su acentazo galaico del latín debía ser terrible. El caso es que llevó salvoconducto. Aunque lo principal fue su coraje femenino de comerse el mundo en forma de viaje de cuatro años. ¡Y lo escribió!
        El salvoconducto evolucionó a pasaporte, tan aburrido como democrático. Aunque aún te piden visado para ir hasta algunas partes. Lo del visado es querer retomar la prosapia del salvoconducto, pero qué va. No le llega ni a los ácaros de las suelas de nuestros zapatos. En el vuelo a Nueva York todos llevaban visado, claro. Un visado se le da a un pobre, con perdón del rancio clasismo de la frase. Ustedes me entienden.
        La próxima vez que sueñe, iré a caballo, llevaré casacón del XVIII azul cobalto, sombrero de tres picos, espada de a metro, y en un tubico en bandolera, interiormente, llevaré un salvoconducto universal. Lo juro.


Santiago Delgado





Créditos:
Enlaces relacionados:
El © de los carteles, fotografías, textos y vídeos, es exclusivamente de sus autores, propietarios o licenciatarios
©  Idea, composición y maquetación de estrugo, para este blog.
©  Todos los derechos reservados 2.020
Publicado   

jueves, 25 de octubre de 2018

El otoño nuestro

El otoño, Alfons Mucha




         ¿Qué será de los países sin otoño? O con un otoño breve. Dicen libros que los ciclos climáticos se resuelven por aquellas latitudes en estación seca y estación lluviosa. Desconozco si los cambios y ritmos del espíritu humano seguirán esos cánones que aquí nos trae el otoño. Cada cual es hijo de sus circunstancias; en primer lugar, climáticas. Por aquí, el otoño es tiempo pensaroso y soñoliento. Los poetas sienten esa astenia característica que les empuja a escuchar un violonchelo lánguido y sentido, que antecede al verso. Pero sin el otoño, ¿cómo sería ese proceso? No puedo creer que tal acontecimiento, que es evidente en los poetas, incluso en los simples escritores de verso, deje de acontecer al resto de los mortales. Puede que no lo noten, pero sucede. El clima sabe meterse en las hormonas, a través de la piel. O mediante ondas secretas, que nadie sabe aún. Y manipula sentimientos y sensaciones, pensamientos, y todo tipo de actividad humana interna. El otoño trae mayor novedad que las otras estaciones del año, que tiene un alma distinta, menos solemne. El otoño es canto gregoriano, el verano es rock, la primavera es chillout, y el invierno acaso sea soul. No sé. El otoño queda, aunque dure poco. Se va y permanece en esa memoria viva que es la realidad inventada.
         ¿Qué sería de nosotros sin el otoño? El verano es la muerte, y el otoño la vuelta a nacer. El eterno retorno tiene su inflexión en el otoño. Lo sabe el cuerpo y lo ignora el calendario. El otoño es sagrado. Es un regalo de indemnización del Creador a los humanos, tras la expulsión del Paraíso. Algo así como un rasgo de mala conciencia del Divino. Dura fue la condena. Sabernos desnudos nos desclasó de los animales, que gozan tal ignorancia. Por eso en el otoño nos volvemos a vestir sintiendo la consciencia de la ropa encima de la piel. Ojalá que se extendiera su goce más allá del gremio de los poetas.  La primavera es exaltación, el verano apoteosis, y el invierno es moribundia y vejedad. Únicamente el otoño es vida verdadera.
         El otoño dura relativamente poco. Es porque quiere adquirir el prestigio de la brevedad. Sabiduría se llama esa figura. Amemos al otoño y su efímera presencia. Intensifiquemos su epifanía, que apenas alcanza a medirse en semanas, casi nunca en meses. El otoño no harta como el verano, con el sol aparcado desde la 11 de la mañana hasta la 8 de la tarde. Y durando días y días como eternidades. O el invierno, inversamente lo mismo. La primavera embriaga y aliena. El otoño nos identifica como nosotros mismos. Nos adentra en nuestro ser, y nos hace entender lo que somos, quiénes somos y por qué. Muchos no aprovechan esta condición humanizante del otoño. Yo invito a sentir el otoño y su circunstancia.

©Santiago Delgado






Créditos:
Enlaces relacionados: 
El © de los carteles, fotografías, textos y vídeos, es exclusivamente de sus autores, propietarios o licenciatarios
©  Fotografías: Alfons Mucha
©  Composición y maquetación de estrugo   
©  Todos los derechos reservados 2.018

miércoles, 13 de junio de 2018

EN LA CASA MUSEO DE LEONARDO, EN AMBOISE



Un San Sebastián, que acaso
perteneciese al mismo Leonardo.

El dintel que abre el gabinete,
en sus altos tachonado
por la feble sombra
de una araña de luz vecina.

Y el claro color de crema pálida,
que la estampa entera anega.

Todo ello confluye, Leonardo,
en esa rara impronta
que, referida a tu persona,
compartimos todos:
la serena humildad natural
con que asumiste tu grandeza.

jueves, 8 de marzo de 2018

Añoranza del brasero






         Hubo un tiempo de brasero y mesa de camilla. Yo fui un chico de mandados, y traía picón para el brasero. Mi generación fue acaso la última, o la penúltima, que fue a mandados o recaos. El brasero era una cubeta redonda, muy negra, de bordes curvos y con fondo apenas. El metal de su naturaleza lo desconozco. Llevaba unas asas, diametralmente opuestas, en los bordes que sobresalían de sus paredes inclinadas hacia adentro, para asegurar que no salieran las brasas. La vida cotidiana del brasero constaba de tres etapas: su encendido, su goce y su final.
         Quiero empezar por esto último: cuando, a la mañana siguiente, alzando las faldas de la mesa de camilla, contemplaba yo la ceniza, masa de feble polvo gris, ya sin los tropezones de los carbones aún no encendidos. Me daba una tristeza enorme ver aquellos restos, ya inertes. Muy fríos, si los tocabas. El unte de aquellas cenizas era un avance, muy inocente, de la muerte.
         Su nacimiento; esto es, su encendido, en mi casa, se hacía en el terrao. Ay, aquellos tiempos de terraos, en Murcia. Paraíso de niños, con tendederos entre los que se jugaba a los sustos, y a dejar que las sábanas te envolvieran, empujadas por el viento. Terrao como altar del sol… Los braseros se encendían con la madera que, tras morir en llamas, traspasaba el alma de éstas a los carbones, convertidos entonces en tizones, cuyo ardor silencioso y cálido podía durar hasta la noche, por la hora de acostarse. Cuando la madera ya no era, robustas manos ancilares subían por el brasero, todo brasa y todo ascuas encendidas, tizones, centellas que saltaban tras pequeñas explosiones domésticas. Y lo bajaban a la casa, donde el redondel bajo la mesa camilla aguardaba para recibirlo, en un acto de amor, absolutamente casto y hermoso. Allí aguardaba la badila, una vara como brazo de largo, terminada en amanoso redondel para agitar las brasas, combinando las aún apagadas con las encendidas. La badila reposaba siempre fuera del brasero, si no, se calentaba hasta no poder ser cogida por la mano experta que cumplía el rito de renovar la Fons Caloris. Un complemento secundario era el sombrero de rejilla, muy esclarecido de red, para aislar las brasas y tizones de imprudentes manos infantiles. Estorbaba para manipular el asunto, y a menudo estaba por ahí, ocioso y poco útil.
         Pero lo más grandioso del brasero eran esas tardes como ésta en que escribo, de marzo, en los amenes invernales, cuando llueve o las nubes bajas raptan el sol en su calabozo de agua flotante y espesa. Su gloria venía entonces, con las agujas de punto, con las partidas de parchís, con los deberes escolares de los infantes, con la novela abierta de Fernández y González, y con la gruesa pértiga torneada que sostenía la secular tulipa que albergaba la bombilla de 15 watios.
         Unamuno feneció sentado en una mesa de camilla, con brasero. Se quemó el pie, y, ya en el otro mundo, no se enteró. El fuego de su alma, carbón de brasero quedó, para gloria del mundo y de la Historia. Hoy añoro el brasero, y desaprecio este calor difuso que, aunque sabemos de dónde sale, no lo sabemos con la facticidad que sabíamos la madre del calor del brasero. Fue la última compañía del hombre con el fuego.









Créditos:

Enlaces relacionados:
El © de los carteles,fotografías,textos y vídeos, es exclusivamente de sus autores, propietarios o licenciatarios
©  Fotografías:Santiago Delgado
©  Fuente: Santiago Delgado
©  Idea, composición y maquetación de estrugo  para este blog
©  Todos los derechos reservados 2.018

viernes, 1 de septiembre de 2017

Poema de lluvia en la playa


(de la Red, gracias)





  Llover en la playa
no se parece a casi nada.
Tiene, llover en la playa,
difícil, muy difícil metáfora.

 Es como si el día
se hubiera marchado de casa,
llevándose en su maleta el sol,
la arena toda y las nubes blancas.
Sin separación de bienes,
ni acuerdo mutuo y sin nota alguna 
por ninguna parte dejada.

Y, así, desnudo el paisaje quedara,
abandonado, y sin colores,
ni perfiles de las cosas, ni nada.

  Llover en la playa, se parece, si acaso,
a descubrir un pájaro mudo,
tímido y transparente en el alma,
al que abandonó su pareja
un día de lluvia en la playa.

martes, 8 de agosto de 2017

Celebración de la Anáfora




La anáfora la inventó Dios, y no es blasfemia. Lo dice el Génesis. “Dios creó al hombre, y lo hizo a su imagen y semejanza”. La anáfora es repetir. No innovar. Anafóricos son los poemas que comienzan cada estrofa por un mismo idéntico verso: “Volverán la oscuras golondrinas… Volverán las tupidas madreselvas…”. Aunque eso sea sólo media anáfora. Vale de ejemplo. Ya lo entienden, Dios también fue medioanafórico. Pues nosotros, los humanos, no es que saliéramos omnipotentes, como Él. Pero, en fin, así dijo que nos hizo. Por lo menos al primero de todos, a Don Adán.
         La anáfora tiene el secreto en que encuentra el camino hecho. Y eso gusta mucho al lector/oidor de poesía. Incluso en la prosa vale la anáfora. Shakespeare la usa en el discurso de Marco Antonio sobre el cuerpo de César, ese que termina todas sus cláusulas con el latiguillo (anáfora): “Pero Bruto es un hombre honrado”. Los circunstantes pillaron en seguida el sarcasmo, y entendieron lo contrario, que era lo que pretendía el pillín de Marco Antonio. La anáfora está en los mejores poetas del mundo, a través de todos los tiempos. Se lo aseguro. El poeta anafórico repite el verso, pero no enseguida, y los lectores ya saben que ese verso es bueno, porque el poeta, que sabe, lo repite. No lo gasta y ya está. A la par, les hace a ellos entendidos. Y, entonces, todos contentos. Y la anáfora se consagra como recurso poético inmortal.
         Dicen los sabedores de la Comunicación, que es disciplina que no existía en la Escolástica de cuando Santo Tomás de Aquino, que para que entendamos algo, tiene que haber en el mensaje que recibimos un 50% mínimo de redundancia con lo que ya sabemos. O sea, que para que captemos algo del mensjae recibido, ese algo ha de ser anafórico con lo que tenemos dentro de nosotros o en parte, por lo menos. Un discurso con 0% de redundancia o anáfora es escuchar un discurso en chino, por ejemplo, sin anglicismo alguno. Y ya sé, escandalizados sabedores, que anáfora y redundancia son sólo primas, que no hermanas. Ya lo sé.
         Los del 27, para reírse de los modernistas, a los que desalojaban del Parnaso, decían que de la frase de Rubén Darío: “Que púberes canéforas te ofrenden el acanto”, del Responso a Verlaine, del  poeta nicaragüense, sólo entendían el “que”. Sólo esa palabra -vacía por demás; su valor, que no significado, es relacional, no semántico-, únicamente la palabra “que”, les redundaba anafóricamente en su acervo idiomático, decían. Eso era mentira. Yo, que sólo soy medio listico, supe el significado entero desde la primera vez que la leí. Los del 27 sólo querían chinchar a los rubenianos. Luego, todos ellos redundaron, sobre todo en Góngora, en Lope, o en el Cancionero popular castellano. Pero se trataba de linchar al padre. Cosa que hicieron muy bien. Negociazo que gestaron, oye.
         Bueno, pues ya está. De Dios al 27, ahí tenemos siempre de guardia a la anáfora, superviviendo a todos.

miércoles, 14 de junio de 2017

Exposición 'Cautivo de la hermosa herida'

 Del Sábado 20 Mayo 2017 al Domingo 25 Junio 2017  






El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, David Martínez, asistirá este sábado, 20 de mayo, en la sala de exposiciones municipal de la Muralla Bizantina, a la inauguración de la exposición 'Cautivo de la hermosa herida', que constituye un homenaje al escritor Miguel de Cervantes en el que participan 30 artistas y 30 literatos del colectivo Cervantes400Región de Murcia.
Así, la exposición estará abierta al público desde este sábado hasta el próximo domingo, 25 de junio. El horario de apertura será de martes a viernes de 9:30 a 14.00 horas y de 17.00 a 19:30 horas, mientras los sábados y domingos será de 11.00 a 14.00 horas.
La exposición está comisariada por Javier Lorente, con Santiago Delgado como coordinador literario y con Diana Escribano Henarejos como coordinadora del diseño gráfico. Entre los artistas participantes están Álvaro Peña, Antonio Gómez, Antonio Soler, Carmen Cantabella, Chelete Monereo, Cristina Ayuso, Elisa Ortega, Esteban Bernal, Ginés Vicente, Javier Lorente, Jorge G. Aznar, Juán Álvarez y Jorge Gómez, Juan Mariano Balibrea, Katarzyna Rogowicz, López Davis, M. J. Sánchez Dato, Manuel Delgado, María Manzanera, Marta Abellán Amorós, Nicolás de Maya, Nono García, Pedro García Raja, Pedro Noguera, Pepe Yagües, Petrus Borgia, Fernando Sáenz de Elorrieta, Salvador Torres, Santi García Cánovas, Sofía Tornero y Torregar.
Por otra parte, los 30 literatos que participan en esta exposición colectiva son Alicia Núñez Brunton, Ana Mª Tomás, Antonio Botías, Aurora Saura, Charo Guarino, Emilio del Carmelo Tomás Loba, Emilio Soler, Fulgencio Martínez Lax, Idoia Arbillaga, Javier Orrico, Jeannine Alcaraz, Jesús García Pérez, José Belmonte, José Cantabella, José Emilio Iniesta, José Luis M. Valero, José Sánchez Conesa, Juan Bautista Sanz, Juan de Dios García, Juan Tomás Frutos, Leticia Varó, Miguel María Delgado, Paco López Mengual, Pascual García, Pedro Felipe S. Granados, Rosa Cáceres, Rubén Castillo, Santiago Delgado, Teresa Vera y Yayo Delgado.






Créditos:

El © de los carteles, fotografías, textos y vídeos, es exclusivamente de sus autores, propietarios o licenciatarios
©  Fotografías: http://www.cartagena.e 
©  Idea, composición y maquetación de estrugo   
©  Todos los derechos reservados 2.017
Vídeos: 
Categoría: Entretenimiento
Licencia:   Licencia de YouTube estándar

martes, 6 de junio de 2017

Recursos de escritor...

                   



         He puesto entre comillas el adjetivo sustantivado “contentos” para despersonalizarlo. No me refiero a las personas contentas. O seres humanos, para respetar el género gramatical. Por cierto, género gramáticas no es igual a sexo. Pero vayamos al asunto. En la vida hay contentos, no hay felicidad. La felicidad es una quimera muy perversa. Implica un estado permanente. Y eso no puede ser. Lo grato es transitorio, momentáneo en cierta extensión. Pero siempre finito. En los cuentos de hadas de mi tiempo, o tebeos para niñas, sí se daba la felicidad, y se acompañaba con el estofado de perdices, creo. Pero no, al príncipe azul le sale barba y eructa, amén de otras cosas que no transcribo. Y a ella, la damisela, también le ocurren otras cosas de las que no menciono ni el principio. Supongo que galantería machista, qué le vamos a hacer.
         Lo que existe sí que son los sucesos que traen contento. Decía Li po, en lo único que recuerdo de su lectura, que el mejor contento es estar contento de estar contento. Es decir, alienar el contento de aquello que creemos que lo produce. Una vez generado, tenemos que olvidarnos de la causa y alimentar el contento del mismo estar contento. No es fácil. Y, sospecho, de haber técnicas para lograr ese contento autónomo, ya dejaría a mí de encantarme la cosa. Pero, eso sí, hay que buscar cosas nuevas que te traigan contento.
         El contento no es sentirse orgulloso, o triunfador. El contento mejor es íntimo o mínimamente compartido. Desde luego, no es espectacular. Nada espectacular. Tampoco es clandestino. El contento busca cierto tipo de ocasiones. Y no concibe la continuidad, o casi no la percibe. No es como la felicidad, que no es una utopía siquiera. Es una extrapolación del contento. Un alargamiento teórico que sólo conduce al desengaño. Aunque no está mal llegar al desengaño. El desengaño nos hace madurar, crecer, acercarnos a nosotros mismos. Sin desengaños seguimos siendo adolescentes, peterpanes sin volar por lo menos. Quizá sea ése el objetivo del concepto teórico llamado felicidad.
         No seamos desagradecidos cuando el contento coge el portante y se va. Ya volverá. Y debemos estar preparados. Preparados y buscando, aunque no mucho, el siguiente contento.
         Eso, y que no se decide a llover aún, en esta tarde del Pilar cuando ya ha llovido en toda España, país que decimos ahora.










Créditos:
Publicado  por 
Enlaces relacionados:
El © de los carteles, fotografías, textos y vídeos, es exclusivamente de sus autores, propietarios o licenciatarios.
©  Composición y maquetación de estrugo para este Blog  
©  Todos los derechos reservados 2.016



lunes, 27 de marzo de 2017

Con Pessoa, en las calles lisboetas


En el Museo  Gulbenkian
Foto de AGB


Recientemente, he vuelto a ir a Lisboa. Y me he hecho por enésima vez la foto, sentado con la efigie de Fernando Pessoa. Y he vuelto, como siempre, a recordar la Cartas de Amor, poema que nunca olvidaré. Aquí está el poema (fragmentado) del Maestro, y mi homenaje.

 Todas las cartas de amor
Son ridículas.

 No serían cartas de amor
si no fuesen ridículas.

 Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser ridículas.

 Yo también escribí en mi tiempo
cartas de amor, como todas, ridículas.

Ay, quién me devolviera a mí
aquel tiempo en que escribía sin darme cuenta
cartas de amor ridículas.

Pero, al final, únicamente las criaturas
que nunca escribieron cartas de amor
son las que son ridículas. 



Casi todos, alguna vez,
aquellos días en que fuimos jóvenes,
escribimos y recibimos cartas de amor,
siempre ridículas.

Y también alguna vez,
acaso poco a poco,
dejamos, casi todos,
de escribir y recibir cartas de amor,
como todas, ridículas.

Y todos, casi siempre,
fuimos guardando al fin
aquellas cartas de amor,
que nacieron ridículas.

No es lo mismo
escribir que recibir
cartas de amor ridículas.

Nos hicimos mayores,
Y nos pasó el tiempo
de las cartas de amor ridículas.

Pero nunca es tarde, sabedlo,
para escribir, a mano siempre,
cartas de amor inocentes,
sinceramente ridículas.

Ya quisiera yo volver al tiempo
en que escribía con furor
cartas de amor ridículas.
Sin saber que nadie nunca
podía pensar de ellas
que eran cartas ridículas.
Y lamento haber pasado a ser,
verdaderamente, gente de ésa que,
-nos dice Pessoa-.






Créditos:

Enlaces relacionados: 
El © de los carteles, fotografías, textos y vídeos, es exclusivamente de sus autores, propietarios o licenciatarios
©  Fotografías:Foto de AGB
©  Idea, composición y maquetación de estrugo para este blog.  
©  Todos los derechos reservados 2.017
 

Copyright

©2.007-2.013 Jesús María Durán Aulinas Noticia Legal Exclusión de Garantías, Responsabilidades y Derechos de propiedad del Blog “ABC DE EL MAR MENOR”. 23 de ENERO de 2013 Los derechos de propiedad intelectual e industrial del BLOG “ABC DEL MAR MENOR”, http://www.abcdelmarmenor.blogspot.com/. Incluyendo el nombre, la idea, el diseño, el texto y su organización y estructura (Contenidos) Y su IBSN 40-34-0304-51 pertenecen a Sr. Don Jesús María Durán Aulinas, con DNI Nº 22.314.502V y están protegidos por las leyes y los tratados internacionales sobre propiedad intelectual e industrial. La única finalidad de la existencia y mantenimiento de este Blog, es la de mantener informados en la forma más completa posible sobre todo lo escrito y publicado en Internet preferentemente sobre la zona geográfica del Este de la Región de Murcia, que comprende los municipios de Cartagena, Los Alcázares, Torre Pacheco, San Javier y San Pedro del Pinatar, con noticias locales regionales, nacionales e internacionales así mismo como con fotografías (*) y cualquier otro materia audiovisual, qué sea de utilidad, para el desarrollo del site. También se quiere hacer constar, que el motivo de este Blog es tener informados en un solo punto a los miles de habitantes y visitantes de esta zona geográfica del Mar Menor, la cual tiene admiradores no solo por toda la geografía española si no por el mundo entero. “ABC DEL MAR MENOR” incluye dentro de sus contenidos, siempre enlaces con los sitios pertenecientes y/o gestionados por terceros, con el objeto de facilitar el acceso a la información disponible a través de Internet. El Sr. Don Jesús María Durán Aulinas, no asume ninguna responsabilidad derivada de la existencia de enlaces entre los contenidos de este sitio y contenidos situados fuera del mismo o de cualquier otra mención de contenidos externos a este sitio. Tales enlaces o menciones tienen una finalidad exclusivamente informativa y, en ningún caso, implican el apoyo, aprobación, comercialización o relación alguna entre el Sr. Don Jesús María Durán Aulinas y las personas o entidades autoras y/o gestoras de tales contenidos o titulares de los sitios donde se encuentren. El hecho de que se incluyan enlaces de sitios o servicios externos no implica de ninguna manera la recomendación de Sr. Don Jesús María Durán Aulinas del uso de los mismos, y tampoco supone un aval por parte de Sr. Don Jesús María Durán Aulinas, sobre la calidad, veracidad u honestidad de ellos. En este sentido, Jesús María Durán Aulinas, no se hace responsable en ningún caso ni circunstancia de los daños y perjuicios que pudieran derivarse de un uso fraudulento de sus contenidos. En todos los supuestos, Jesús María Durán Aulinas, excluye cualquier responsabilidad por los daños y perjuicios de cualquier naturaleza derivados directa o indirectamente del uso de la información recogida en este Blog. En cumplimiento de la legislación vigente, los datos obtenidos a partir del correo de este site se utilizaran exclusivamente para finalidades propias de "ABC DEL MAR MENOR" y en ningún caso serán cedidas a terceros. Todas las marcas aquí mencionadas y logos están registrados por sus legítimos propietarios y solamente se emplean en referencia a las mismas y con un fin de cita o comentario, de acuerdo con el articulo 32 LPI. En ningún caso o circunstancia se podrá responsabilizar directamente o indirectamente al propietario ni a los colaboradores del ilícito uso de la información contenida en http://abcdelmarmenor.blogspot.com/. Así mismo tampoco se nos podrá responsabilizar directamente o indirectamente de incorrecto uso o mala interpretación que se haga de la información y servicios incluidos. Igualmente quedara fuera de nuestra responsabilidad el materia al que usted pueda acceder desde nuestros enlaces.Si decides permanecer en http://abcdelmarmenor.blogspot.com/, quiere decir que has leído, comprendido y aceptas las condiciones de esta página. Todo la información y programas aquí recogidos van destinados al efectivo cumplimiento de los derechos recogidos en el artículo 31 RD/1/1996 por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de la Propiedad Intelectual (LPI) en especial referencia al artículo 31.2 LPI, y en concordancia con lo expresado en el artículo 100.2 de esta misma ley. Nos reservamos el derecho de vetar la entrada a cualquier sujeto a nuestra web-site y a su vez se reserva el derecho de prohibir el uso de cualquier programa y/o información, en concordancia con los derechos de autor otorgados por el artículo 14 LPI. (*) La mayoría de las fotografías de este blog están bajadas de Internet y el copyright de ellas es el de sus autores. Si alguno de ellos tiene algún inconveniente, que envíe un correo al administrador del blog, con la dirección web que lo demuestre. Inmediatamente será retirada.